- Luis Sanoja
- Jul 31
Cada cierto tiempo me da por mirar alrededor y preguntarme: ¿realmente necesitamos seguir haciendo esto como lo estamos haciendo? Y más ahora que convivo, colaboro (y a veces compito) con una inteligencia artificial que no duerme, no cobra mas de 20USD al mes, y no se queja si le pido diez versiones de lo mismo a las 3:00 a.m.
Y es que, si somos honestos, el modelo tradicional de agencia creativa viene tambaleándose desde hace rato. Lo que antes era un equipo de diseñadores, copywriters, estrategas y planners, hoy muchas veces puede resolverse con un par de prompts bien pensados y una IA generativa afinada.
¿Suena exagerado? Tal vez. Pero veamos la película completa.
La producción se automatiza. El diseño se genera. La compra de medios se optimiza con algoritmos. Y ahora, incluso la creatividad, ese último bastión humano, está siendo puesta a prueba.
Hoy en día, una IA puede escribir un guión publicitario, hacer el storyboard, generar las imágenes, editar el video, subtitularlo, musicalizarlo y preparar un plan de distribución. Todo en lo que antes participaban al menos cinco personas en una agencia, y dos semanas de idas y vueltas con el cliente.
Y no es solo velocidad. Es consistencia, escalabilidad, y algo que antes solo sonaba en teoría: personalización masiva. El sueño de todo brief de cliente… sin el overhead de una agencia.
Hoy ya es posible construir un workflow completo de agentes de IA en n8n, conectando APIs que operan entre sí sin fricciones y ejecutan tareas que antes requerían todo un equipo de personas.
Un agente analiza los datos del cliente.
Otro redacta los copys.
Uno más genera los visuales.
Otro diseña la planificación de medios.
Y uno final publica el contenido con pruebas A/B según canal y audiencia.
Todo esto, orquestado por un director creativo humano que no toca una herramienta, m'as que para haberle dado un contexto inicial, pero sí dirige una sinfonía de inteligencias interconectadas.
Eso ya lo hacemos en la agencia y honestamente, funciona mejor que muchos brainstormings con pizza fría y un deadline apretando.

¿Y entonces qué queda para las agencias?
Nos gusta pensar que la creatividad es algo sagrado. Que viene de un lugar místico, caótico, humano. Pero lo cierto es que gran parte de lo que hacemos, ideas, diseños, campañas, responde a patrones, formulas, repeticiones disfrazadas de originalidad.
He visto a modelos generar conceptos que me han hecho decir “coño, eso está mejor de lo que yo hubiera pensado”. También he visto intentos huecos, fríos, carentes de alma. Pero seamos sinceros… ¿cuántas campañas hechas por humanos también lo son?
La línea entre lo "genuinamente creativo" y lo "técnicamente impresionante" se está volviendo cada vez más difusa.
La IA no tiene musa. No siente. No llora frente a una peli de Studio Ghibli.
Pero ¿acaso la mayoría de las agencias no están operando también sin alma?
Revisas el portafolio de muchas agencias y encuentras lo mismo una y otra vez: Misiones genéricas, branding “minimalista y premium”, campañas que dicen “conectamos marcas con personas” como si fuera una fórmula mágica.
No estoy diciendo que las agencias vayan a desaparecer mañana, ni que todo el mundo será reemplazado por un robot. Pero sí creo que entramos ya en una era donde el verdadero valor no será tanto hacer, sino entender qué hacer.
La estrategia, el criterio, el buen gusto, el contexto cultural, la ética detrás de una campaña... esas cosas no se automatizan tan fácil (por ahora).
Reflexión final
Quizás el verdadero reto no es si la IA puede ser creativa o no. Quizás el reto es si nosotros, los creativos, seguimos dispuestos a evolucionar más allá de lo que nos define hoy. Porque si seguimos aferrados a la idea de que solo los humanos pueden crear, corremos el riesgo de convertirnos en artesanos del pasado. Y a veces, incluso el artesano más talentoso, si no se adapta, termina siendo irrelevante en un mundo que ya no necesita su herramienta.
PS.
Esto no lo escribió una IA.Pero la verdad, sí me ayudó a pensarlo.